Mark Davis: ¡dame el balón que la meto yo!
El héroe de la Copa del Rey de Las Palmas 1990 se curtió en la CBA norteamericana, de la que salió siendo una estrella que no cuajó en la NBA. En Europa fue un anotador implacable, consiguiendo su mayor reconocimiento en el CAI Zaragoza. Tras ser discípulo de Scariolo y conseguir récords de puntuación en Italia, de jugar en Japón o en Suiza, regresó a La Crosse cerrando su círculo vital. Ese círculo que asemeja un aro anaranjado por el que Mark Davis siempre acababa metiendo la pelota con una clase y estilo inconfundibles.